Presupuesto personal y familiar

En esta sección le explicaremos cómo elaborar un presupuesto y sacarle el mejor provecho, para el manejo de sus finanzas.

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¿Qué es un presupuesto?

Es un detalle del dinero que usted espera recibir y cómo tiene pensado gastarlo. Es decir, como espera usted distribuir ese dinero para cubrir sus necesidades: alimentación, transporte, alquiler, pago de deudas, seguros, suscripciones, servicios públicos, telefonía, servicio de cable y/o internet, actividades recreativas, gastos hormiga (son aquellos gastos pequeños que se realizan en el día a día, y que afectan en el presupuesto, por lo que deben considerarse) y cualquier otro.

¿Para qué sirve un presupuesto personal o familiar?

Un presupuesto, personal o familiar, sirve para muchos propósitos. Por ejemplo ayuda a:

• Identificar a dónde se va su dinero.
• Definir posibles gastos futuros.
• Detectar dónde es posible ajustarse más el cinturón (dónde se puede gastar menos o qué gastos se pueden eliminar del todo).
• Distribuir de la mejor manera el dinero que usted recibe para cubrir sus necesidades.
• Crear disciplina en el manejo de las finanzas personales y tener mayor posibilidad de alcanzar sus objetivos financieros.
• En el caso del presupuesto familiar, es una herramienta que permitirá definir entre los miembros de la familia, los montos de dinero destinados para cubrir las necesidades y demás objetivos financieros que puedan tener. Tomar decisiones en conjunto, ayudará a llevar un mejor control de las finanzas de la familia.

No tener un presupuesto es como caminar sin rumbo en la oscuridad, perdido en una inseguridad financiera. El presupuesto es la mejor herramienta para tener sus finanzas personales en orden.

Pasos para la elaboración de un presupuesto

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Paso 1: ¿Qué necesito para hacer mi presupuesto?

Hacer un presupuesto es sumamente sencillo así que usted puede construirlo usando papel y lápiz. Por supuesto, si usted sabe cómo usar Excel u otro programa similar también, lo podría utilizar. Incluso, si usted es amante de la tecnología podría buscar alguna “App” para su celular.

Paso 2: Determine cada cuánto debe hacer su presupuesto y cuántos días debe cubrir el mismo.

En vista de que los pagos por servicios básicos usualmente se hacen una vez al mes, variando la fecha de cobro y vencimiento, lo más común es tratar de llevar el presupuesto de manera mensual.
Sin embargo, la organización del dinero dependerá de la periodicidad en la que recibe sus ingresos.

• Si recibe sus ingresos una vez por mes le será fácil organizar su presupuesto, en el momento en que los recibe, así puede hacer la separación de cada uno de sus gastos, del ahorro y de cualquier otro rubro que usted haya contemplado.
• Si recibe sus ingresos por quincena, sume los ingresos de las dos quincenas para conocer cuál es su ingreso mensual y luego, lo recomendable es que organice sus gastos por quincena.
• Si recibe sus ingresos por semana, sume los ingresos de cuatro semanas para conocer su ingreso mensual y luego, organice sus gastos por semana para hacer la separación del dinero.

Es importante considerar que hay ingresos y gastos regulares que sólo ocurren una vez al año, como el aguinaldo y el pago de impuestos municipales o del marchamo. En el caso de los gastos, estos se pueden incluir en el presupuesto de diciembre; o bien, realizar un ahorro anual para dicho fin, incluyendo dentro del presupuesto un monto mensual que se destinará para pagar al final del año.

Presupuesto de gastos en periodos más largos.

Si usted tiene gastos habituales en periodos más largos (por ejemplo, debe comprar un medicamento que tiene un costo alto cada tres meses) debe incluirlo dentro del presupuesto y reflejar ese gasto con el fin de disponer del dinero para hacer el pago.

Por otra parte, si sus ingresos son irregulares, lo mejor es trabajar el presupuesto con la misma frecuencia con que usted recibe su ingreso. Por ejemplo, si usted se dedica a la agricultura u otra actividad similar y recibe el ingreso por la venta de la cosecha cada seis meses, su presupuesto debería ser como mínimo para esos seis meses.

Paso 3: Identifique de dónde tomará la información para elaborar su presupuesto.

Cuanto más exacta sea la información que usted incluya más útil le será su presupuesto. Por eso, es recomendable que usted lleve un control apropiado de sus ingresos y gastos para obtener la información que necesita, como, por ejemplo: los estados de cuenta de su tarjeta de crédito y débito, los recibos de servicios básicos, las facturas de compras, las colillas de pago de salario, el registro de los gastos hormiga, entre otros.

Paso 4: Identifique todos sus ingresos.

En este paso, es importante identificar el monto de sus ingresos. Por ejemplo, si usted recibe un salario fijo, debe tomar en cuenta su salario neto, es decir, el monto del salario bruto menos las deducciones por cargas sociales y cualquier otra deducción. Una vez que ha identificado este monto, debe registrarlo en su presupuesto, esto le permitirá conocer el monto de su ingreso con el que contará para organizar su dinero.

Es importante recordar que en caso de que usted tenga otras deducciones: por concepto de deudas, cuotas de afiliación a asociaciones u otros rubros, deberá contemplarlos dentro de su presupuesto como gastos.

Si se trata de un presupuesto familiar, los ingresos deberían incluir los aportes que todos los miembros de la familia realizan, de los cuales usted pueda disponer para cubrir los gastos del hogar.

Paso 5: Identifique todos sus gastos (incluyendo los gastos hormiga).

Con los gastos lo importante es no dejar nada por fuera. Se deben incluir absolutamente todos, incluyendo aquellos que varían de un mes a otro o que son irregulares.

Los gastos hormiga son aquellos que a veces nos parece innecesario incluir porque creemos que son tan pequeños que no vale la pena preocuparse por ellos. Sin embargo, estos gastos que un día podrían verse insignificantes, cuando se acumulan a lo largo del mes podrían ser significativos. Por ejemplo, si usted compra un café de ¢1.000, tres veces por semana, al final de la semana habrá gastado ¢3.000 y mensualmente estará gastando por ese café ¢12.000.

Por otra parte, existen gastos que son regulares y necesarios, pero que no son tomados en cuenta dentro del presupuesto. Un caso de estos, es el gasto por transporte: por ejemplo, si usted toma dos autobuses para llegar a su trabajo uno de ¢400 y otro de ¢600, eso quiere decir que, en transporte, considerando la ida y la vuelta, usted gasta diariamente ¢2.000. Y si usted va al trabajo seis días por semana, eso implica que serían 24 días al mes, lo que equivale a ¢48.000 mensuales. Si se dejara el pasaje de autobús por fuera del presupuesto, por ser un monto pequeño al día, estaríamos ignorando un gasto que al mes podría ser muy significativo.

Si usted no está seguro de sus gastos y no sabe a dónde se va su dinero, un consejo para identificarlos es que el primer mes haga el propósito de anotar todos los días los gastos en los que vaya incurriendo, ya sea, en su teléfono o en un papel. Se podría sorprender de lo que gasta por día.

Una vez identificados todos los gastos que se tiene durante el mes, estos deben clasificarse en dos grupos: los obligatorios (aquellos que del todo no podemos evitar y cuyo monto normalmente es fijo) y los no indispensables (normalmente corresponden más a “gustos” que nos damos que a necesidades, por lo que podrían evitarse sin un perjuicio significativo). A su vez, dentro de estos dos grupos, los gastos deben clasificarse del más importante al menos importante, con la finalidad de organizar el dinero, cumplir con las obligaciones y alcanzar los objetivos financieros.

A continuación, encontrará un ejemplo de ambos tipos de gastos en orden prioritario:

  • Gastos obligatorios (fijos)
  • Hipoteca o alquiler
  • Pasajes de autobús
  • Cuenta del supermercado
  • Gastos escolares
  • Pago de los servicios públicos (electricidad, agua y telefonía).

  • Gastos no indispensables
  • Televisión por cable
  • Salir a comer
  • Nuevo par de tenis de marca
  • Ir al cine

Paso 6: Evalúe hasta donde le alcanza el dinero.

Una vez que usted tenga identificados todos sus ingresos y sus gastos, es necesario hacer un balance para determinar si los ingresos son suficientes, para cubrir los gastos previstos durante el periodo seleccionado (hasta dónde le alcanzan).

Escenario #1
Que sus ingresos sean mayores a sus gastos; a esto se le conoce como tener un superávit,

Escenario #2
Que sus ingresos y sus gastos sean iguales, es decir, lo que normalmente se conoce como quedar tablas al final de mes, lo que significa que se tiene un presupuesto equilibrado,

Escenario #3
Que sus gastos sean mayores que sus ingresos, lo que significa que usted tiene un presupuesto deficitario.

Los dos primeros escenarios son buenos y siempre existirá una oportunidad de mejora. Sin embargo, el tercer escenario requiere acciones inmediatas, porque significa que usted está gastando más dinero del que recibe. Algunas medidas que se podrían tomar en consideración para mejorar esta situación serán comentadas en el Paso 7.

Paso 7: Prepare un control para registrar sus gastos reales.

Para que el presupuesto funcione, a medida que avance el mes usted debe ir comparando lo que realmente va gastando respecto a lo que tenía previsto gastar, esto le ayudará a tomar medidas a tiempo para cumplir lo proyectado.

Si está gastando más de lo que tenía previsto, significa que debe esforzarse por reducir sus gastos, en las líneas en las que se está excediendo o bien, si hay líneas donde está gastando menos de lo previsto, puede usar el sobrante de esas líneas para cubrir los faltantes. Lo ideal es respetar en la medida de lo posible lo que usted proyectó.

La siguiente tabla es un ejemplo de cómo puede llevar el control del presupuesto:

Lista de gasto Presupuestado Gasto real Diferencia Saldo
Recibo electricidad ¢15.000 ¢13.000 +¢2.000 +¢2.000
Pago de tarjeta ¢30.000 ¢45.000 -¢15.000 -¢13.000
Recibo agua ¢8.000 ¢5.000 +¢3.000 -¢10.000
La diferencia se refiere al monto presupuestado menos el monto del gasto real.

En este ejemplo se lleva un balance negativo de ¢10 mil colones debido a que el gasto real por pago de la tarjeta fue superior al presupuestado, lo que quiere decir que deberá ajustar su presupuesto para no sobrepasar los gastos proyectados al final de mes.

Paso 8: Ya tengo mi presupuesto, ¿Y ahora qué?

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Algunas personas, cuando se encuentran en una situación en la cual sus ingresos son mayores que sus gastos y por tanto les está “sobrando” algo de dinero, empiezan a buscar desesperadamente en qué gastarlo en lugar de destinarlo para ahorro.

Dicho en otras palabras, asumen una actitud de “ya que me sobró me voy a dar un gusto”. Si bien, no está mal que de vez en cuando, si tenemos un poco de dinero de sobra nos demos un pequeño gusto, siempre es mejor darle prioridad al ahorro y separar algo de dinero para poder cubrir emergencias imprevistas como: comprar alguna pastilla, reparar una fuga de agua o llevar el carro al mecánico.

De ser posible, incluya una línea para ahorro como si fuera parte de sus gastos obligatorios; por pequeño que sea cualquier monto cuenta.

Si se está ante una situación en la que los ingresos no alcanzan para cubrir todos los gastos que se tienen previstos, se tienen dos opciones, buscar una nueva fuente de ingresos o bien, revisar su presupuesto para analizar que gastos puede eliminar, de manera que estos disminuyan.

Para aumentar los ingresos, se podrían valorar opciones como: trabajar horas extras, buscar un segundo empleo de medio tiempo o buscar alguna actividad adicional a la labor principal (desarrollar un emprendimiento como hacer manualidades o prestar algún servicio). Sin embargo, encontrar formas de aumentar los ingresos no siempre es fácil y normalmente la opción más viable es tratar de reducir los gastos. También, se podría valorar la posibilidad de refundir deudas con condiciones más favorables, que permitan bajar la cuota para tratar de tener menos comprometidos los ingresos.

Cuando el dinero no alcanza hay que hacer sacrificios y eliminar del todo o cuando menos disminuir los gastos no indispensables, es decir aquellos que corresponden más a gustos que a necesidades.
A veces, gastamos más de lo que nos imaginamos en este tipo de gastos no indispensables. Por ejemplo, si usted acostumbra a comprarse todos los días un paquete de papas de ¢400 para acompañar el almuerzo, en principio ¢400 no parece una suma muy significativa. Sin embargo, si usted toma en cuenta que cada mes tiene unos 25 días hábiles esas papas al mes equivalen más o menos a ¢10.000.

En ocasiones, hacer pequeños cambios en sus hábitos, puede ahorrarle mucho dinero. Algunos ejemplos de medidas que podría tomar son:

Si usted almuerza fuera todos los días, valore la posibilidad de llevar almuerzo de su casa. O si sale a almorzar fuera todos los viernes, valore llevar almuerzo también, los viernes o reducir los almuerzos fuera a sólo una vez al mes.
Si frecuentemente compra un café en el negocio de la esquina, valore tomarse el café en su casa, llevar en un termo a la oficina o quizás comprar café instantáneo.
Llevar sus zapatos al zapatero en vez de comprar un par nuevo.
Pedirle a su costurera que le cambie la hechura a esa blusa vieja, pero que aún está en buenas condiciones, en vez de comprar una nueva.
En lugar de pagar un taxi, levántese más temprano y tome el autobús (puede aprovechar el tiempo de viaje para leer un libro, ponerse al día con las noticias o hasta tomar una siesta para recuperar el sueño perdido).

Como hemos dicho antes, los gastos obligatorios son difíciles de recortar porque siempre vamos a tener que pagar la electricidad, el teléfono o el alquiler. Sin embargo, casi siempre hay posibilidades de encontrar alternativas más baratas para cubrir las mismas necesidades.

Si su lugar de trabajo está a una distancia razonable desde su casa, valore la posibilidad de ir caminando a trabajar en vez de pagar un autobús. Hacer ejercicio es bueno para la salud y la mayor parte de las veces se nos hace difícil encontrar el tiempo para hacerlo, así que, con esto podría “matar dos pájaros de un solo tiro”.
Igualmente, si usted viaja en carro al trabajo todos los días, valore viajar en autobús con más frecuencia. Normalmente los pasajes de autobús son más baratos que pagar el combustible, los peajes y el mantenimiento del vehículo.
Recoger agua de lluvia para regar las plantas, limpiar los pisos y lavar el carro, podrían reducir su consumo de agua. Asimismo, tomarse duchas más cortas, cerrar la llave del tubo mientras se lava los dientes o recoger agua en un recipiente para lavar los platos en vez de usar directamente el agua de la llave del tubo, también podría contribuir a reducir el consumo.
Cocine, planche, etc., en los horarios en los que la electricidad es más barata y evite hacerlo durante las mañanas o fines de semana. Planchar toda su ropa de una sola vez por semana en lugar de planchar un par de prendas todos los días, apagar las luces que no está usando y hasta tomar duchas frías podrían contribuir a este propósito.
Mudarse a un alojamiento más barato o de manera temporal con un pariente con quien poder compartir gastos.

Puede ser que los primeros intentos no sean perfectos, pero con la experiencia se aprende, por lo que en las siguientes ocasiones irá alcanzando un mayor nivel de precisión.

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