De acuerdo al tema de estudio, se puede ir directamente a alguna de las siguientes opciones:
Es un enfoque analítico y metodológico que tiene como fundamento la teoría de género.
Se centra en el análisis de las relaciones de poder que existen entre hombres y mujeres y por tanto, entre los géneros (entendidos como
construcciones sociohistóricas) en los distintos ámbitos de interrelación social tales como la familia, la política, la educación, el trabajo, la economía, es decir, en la vida cotidiana, tanto en el ámbito público como en el privado.
Permite analizar críticamente los condicionamientos construidos que definen formas establecidas de ser, pensar, sentir y actuar para las personas según su sexo asignado al nacer, que legitiman relaciones de discriminación, desigualdad y vulnerabilidad
en forma diferente ante la violencia.
Dichos condicionamientos históricamente han perpetuado relaciones de discriminación y desigualdad basada en el ejercicio del poder.
Se propone eliminar las causas de la opresión como la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género.
Promueve la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el
bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la representación política
y social en los ámbitos de toma de decisiones.
Aspira a la superación de las inequidades o desigualdades históricas entre los géneros. Desde este enfoque es posible el cambio social, la transformación de los roles, las relaciones y estereotipos de género.
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favorecer una sociedad más equitativa e igualitaria.
Son generalizaciones preconcebidas sobre los atributos del cómo deben ser, sentirse y comportarse las mujeres y los hombres en la sociedad. Dichas características y roles se asignan al nacer y se basan en ideas, prejuicios, valores, interpretaciones,
normas, deberes, mandatos y prohibiciones, las cuales son excluyentes entre sí y vienen a reafirmar un modelo de feminidad y otro de masculinidad.
Con frecuencia son simplificaciones excesivas que reflejan prejuicios y que invisibilizan todo aquello que no los representan. El estereotipo de género logra convertirse en un hecho social tan fuerte que llega a creerse
que es algo natural. Son la base de la construcción de la identidad de género.
Con respecto al estereotipo de feminidad se asocian ciertas características y roles: maternidad, trabajo doméstico y cuidado de otras personas, el ser cariñosas, sensibles, débiles, sentimentales, intuitivas, buenas, dependientes, sumisas, adaptables.
Por su parte, al estereotipo de masculinidad se asocian el rol de proveedor y el ser fuertes, competitivos, racionales, valientes, poco expresivos, dominantes, independientes, se naturalizan conductas violentas. Sirva
como ejemplo la expectativa de que las niñas jueguen a las muñecas, considerándose “raro” que lo hagan los niños.
Para una mayor comprensión observar el vídeo estereotipos que se presenta a continuación:
Adicionalmente consultar el documento:
INAMU, Análisis de los discursos comunicacionales, Relacionados con las causas de la violencia contra las mujeres en nuestro país. Elaborado por consultoras Mónica
Quirós y Misha Salgado Silva de la Maga Comunicaciones S.A.
El lenguaje debe servir para acercarnos y comunicarnos, no para levantar muros entre las personas.