Lenguaje inclusivo

El lenguaje se expresa en todas las dimensiones humanas, desde lo cotidiano y práctico hasta lo simbólico.

Es un poderoso agente de socialización. Su función es emitir una variedad de mensajes por medio de los cuales se transmiten ideologías, modos y costumbres, juicios, valores y prejuicios, los cuales conforman la manera de pensar y de percibir la realidad.

El lenguaje es también fuente de violencia simbólica, una herramienta más a través de la cual se ha naturalizado la discriminación y la desigualdad que históricamente ha existido entre mujeres y hombres.

Por medio del lenguaje se manifiestan las asimetrías, las desigualdades y las brechas entre los sexos. En las sociedades patriarcales, el lenguaje es androcentrista y se manifiesta en el uso del masculino como genérico, coadyuvando a la invisibilidad y la exclusión de las mujeres en todos los ámbitos.

Desde el enfoque de género, se reflexiona cómo el lenguaje sexista es discriminatorio ya que invisibiliza e inferioriza a las mujeres y la necesidad de hacer un uso inclusivo, igualitario y equitativo del lenguaje para acabar con la desigualdad de género.

El lenguaje sexista o excluyente ha reforzado la idea errónea de que las mujeres tienen un papel de inferioridad o subordinación con respecto al hombre.

Existen muchas formas de lenguaje y expresiones que construyen y refuerzan estereotipos de género y que conducen a la violencia contra las mujeres.

Por ejemplo, la enorme cantidad de formas peyorativas que existen para nombrarlas y cuando se refiere a ellas como categoría aparte, subordinada o dependiente en las ciencias, la historia, las artes, las leyes y las religiones; en lo privado y lo público.

Se refiere a un uso de lenguaje respetuoso, verbal, escrito y visual, en los espacios sociales, laborales y educativos que busca representar y visibilizar a colectivos y comunidades que generalmente han sido excluidas, marginadas o discriminadas a lo largo de la historia, como lo son las mujeres, la población afrodescendiente, personas con discapacidad, personas y colectivos LGBTIQ+.

Se refiere al conjunto de propuestas de uso de la lengua española que busca personalizar la presencia de mujeres y hombres al escribir, hablar y representar, promoviendo que personas hablantes abandonen o no incurran en el sexismo lingüístico y en el sexismo social presente en el lenguaje.

El lenguaje nos define como personas y nos permite interactuar y afirmarnos en nuestra historia y humanidad.

La comunidad INA hace posible con su forma de vida y sus actuaciones comunicacionales diarias una convivencia humana y laboral, libre de cualquier forma de discriminación, desvalorarización o invisibilización de las mujeres o de otras poblaciones, en el discurso y la palabra.

La Institución dispone de algunos instrumentos de promoción y la adopción de un lenguaje inclusivo, entre estos, la Guía para el Uso Incluyente del Lenguaje, desde el 2010 y la emisión de una directriz en 2010 y la actualización de esta en el 2021.

El éxito de su implementación dependerá de la forma cómo me relaciono y expreso en mi ambiente de trabajo y espacios de aprendizaje; pero sobre todo, del grado de compromiso asumido y el acatamiento de las políticas y lineamientos existentes en el INA en la materia.